
La crisis del covid-19 está ampliando el abanico de demandantes de viviendas de nueva construcción. Esta es la conclusión que se extrae del último informe residencial de Solvia, en el que analiza los nuevos tipos de compradores que están apareciendo en el mercado de la obra nueva.
En el año de la pandemia se produjeron algunos cambios destacados en la vivienda. Por ejemplo, la búsqueda de viviendas de mayor tamaño y con espacio exterior, situadas en la periferia de las grandes ciudades, ante la mala experiencia del confinamiento. Y otro de los cambios fue el aumento del peso de las transacciones de obra nueva sobre el total de compraventas, así como una subida de los precios.
El estudio recalca que “lo más probable es que la vivienda nueva presente durante los próximos meses un buen recorrido desde el punto de vista de la compraventa. La razón es que son la tipología de inmuebles que más se ajusta a las características demandadas actualmente: excelentes calidades, más eficientes, mayor tamaño y sensación de espacio, más habitaciones, buena iluminación, zonas exteriores, extras como piscinas, pistas deportivas y zonas infantiles, garajes, trasteros...”. De hecho, los expertos descartan caídas de los precios de los inmuebles de nueva construcción y creen que incluso se podrían seguir encareciendo.
Y, según Solvia, el deseo de adquirir este tipo de viviendas ya no solo se limita a familias de mediana edad, sino que ha dado paso a otros grupos de compradores. En concreto, habla de “un trasvase de compradores de activos de segunda mano hacia la obra nueva, dando lugar a nuevos perfiles demandantes de vivienda de nueva construcción muy diferentes a lo que estábamos acostumbrados, anteriormente más enfocados a familias de clase media-alta”. Entre esos nuevos tipos de compradores destacan, por ejemplo, las parejas jóvenes en busca de su primer piso, los propietarios que no quieren hacer reformas en su hogar, inversores particulares y demandantes de edad avanzada.
Repasamos a los nuevos colectivos interesados en adquirir una vivienda de obra nueva:
1. Pareja joven que busca su primer hogar
Solvia afirma que la obra nueva, antes relegada a un público más maduro y de reposición, “ha comenzado a despertar el interés de parejas jóvenes que buscan su primer inmueble. La ventaja de que ahora puedan teletrabajar, sumado al hecho de que estos activos se ubiquen en zonas en proceso de desarrollo y expansión, bien comunicados, con servicios y donde los precios son mucho más ajustados, están ayudando a que vean en las viviendas de nueva construcción un hogar asequible donde emprender una nueva etapa de vida y crear una familia”.
2. Teletrabajadores que quieren desconectar de la ciudad
Gracias al auge del trabajo en remoto en los últimos meses, muchas personas han visto la oportunidad de mudarse a las afueras de las ciudades e incluso a otros municipios o localidades alejados de su lugar de trabajo. “A diferencia de lo que ocurría antes de la pandemia, la ubicación de su empresa ya no les condiciona a la hora de elegir vivienda. Esto les permitirá optar por un inmueble de obra nueva mucho más adaptado a sus necesidades, en el que llevar a cabo cómodamente su jornada en remoto y donde poder desconectar el resto del día”, afirma la firma inmobiliaria.
3. Demandantes de segundas residencias
El impulso del teletrabajo también está provocando que las segundas viviendas sean consideradas como un segundo hogar en el que pasar gran parte del año, y no solo durante los fines de semana o en vacaciones. “Este cambio de percepción ha provocado que el criterio a la hora de elegir estos inmuebles sea mucho más exigente, ampliando el foco a los activos de nueva construcción gracias a las excelentes oportunidades que presenta ahora este mercado en zonas de costa”, aclara Solvia. De cara al futuro, se espera que el mercado de las segundas residencias viva una etapa dulce gracias al impulso del teletrabajo.
4. Quienes huyen de las reformas
Otro de los perfiles que está interesado en adquirir una casa de nueva construcción son aquellos que no están dispuestos a reformar su actual hogar o a comprar un inmueble de segunda mano que necesite obras. “A raíz de lo ocurrido, buscan unas determinadas características habitacionales que hasta ahora no tenían, y las quieren de forma inmediata, de ahí que la obra nueva sea su principal opción”, recalca el estudio.
5. Mayores que buscan enclaves tranquilos y con zonas exteriores seguras
La vivienda nueva también se está encontrando con demandantes de edad avanzada, un grupo poblacional que en los últimos meses ha vivido “una situación excepcional que ha limitado enormemente su tiempo y aficiones fuera del hogar. Así, el hecho de que los activos de nueva construcción cuenten con unas calidades renovadas, zonas comunes ajardinadas y extras como piscinas o espacios comunitarios para hacer ejercicio, les está llevando a valorar seriamente su adquisición. Más aún si tenemos en cuenta que la gran mayoría se encuentran ubicados en zonas más tranquilas, con menor densidad de población y con mayor acceso a enclaves naturales”, detalla Solvia.
6. Más inversores particulares
En un momento de incertidumbre como el actual y con los tipos de interés en mínimos, la vivienda ha vuelto a situarse como un activo refugio y una alternativa de inversión. En este sentido, el estudio recalca que “aunque esta búsqueda de rentabilidad siempre ha estado muy ligada a la segunda mano, ahora, con el crecimiento de la demanda de obra nueva y del alquiler, el inversor particular está viendo este mercado como una oportunidad para obtener beneficios”. Según Solvia, las mejores zonas para invertir serán los barrios con precios asequibles, gran demanda de alquiler y buenas comunicaciones y servicios. Es decir: centros de negocios, zonas universitarias, periferia y ciudades dormitorio.
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