En esta bodega jerezana se elaboran joyas vinícolas de la mayor calidad y se encuentra una de las colecciones de arte español más impresionantes de España
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Javier Sánchez ,

El Greco, Velázquez, Zurbarán, Goya, Sorolla... Si nos preguntaran dónde encontrarnos con obras de esta impresionante nómina de nombres del arte español seguramente responderíamos que en el Museo Del Prado. Sin embargo, hay otra 'respuesta correcta' que nos traslada directamente a Jerez de la Frontera (Cádiz). Ejemplos de estos artistas -y de tantos otros grandes de la pintura española entre el siglo XIV y XIX- como Bartolomé Esteban Murillo o Julio Romero de Torres, se encuentran entre los muros de Bodegas Tradición de Jerez de la Frontera, uno de esos lugares únicos en el mundo en el que, además, la alianza entre vinos y arte se produce de manera natural.

Helena Rivero (Sevilla, 1970) es la presidenta de Bodegas Tradición y continúa la labor de su padre, Joaquín Rivero -que fuera presidente de Metrovacesa- y explica como las raíces del proyecto se hunden en el siglo XVII. "En el año 1650 se fundan las Bodegas CZ -Cabeza y Zarco- y, posteriormente, una de sus sobrinas se casa con un Rivero. Ahí se produce la entrada de mi familia", explica Rivero. La trayectoria de la bodega a lo largo de los siglos está llena de éxitos, con exportaciones a lo largo y ancho del mundo y la consolidación de una trayectoria brillantes. Sin embargo, a finales de los años 70 elaborar vinos de Jerez deja de ser un negocio boyante: "Se vende la bodega al Grupo Carbonell en contra de mi familia. Mi abuelo intentó por todo los medios recuperarla y, tras años de batallas legales, le comunicaron que no había posibilidad de seguir reclamando. En ese momento sufrió un infarto que le costó la vida".

Fue el padre de Helena, Joaquín Rivero, el que consiguió finalmente recuperar la propiedad de la bodega en el año 1998: "Fue una época en las que las bodegas de Jerez lo estaban pasando mal y él vio en esa recuperación una gran oportunidad", comenta la actual presidenta. Joaquín Rivero, renombrado coleccionista de arte español desde los años 80 y buscador de joyas pictóricas, aplicó los mismos principios para hacerse con "soleras de vino históricas, que hubieran sido muy difíciles de conseguir en cualquier momento". Así, nació en 1998 la moderna Bodegas Tradición, con una vocación irrenunciable de elaborar vino de Jerez de calidad. "Mi padre quería replicar aquellos vinos que habían hecho de Jerez la denominación de origen número 1 del mundo", sentencia Rivero.

Así, como si los vinos de Bodegas Tradición se mirasen en un juego de espejos en la colección pictórica de la familia Rivero, comenzaron a elaborarse auténticas joyas líquidas. Es la única bodega del marco de Jerez de la que únicamente salen vinos de la categoría VOS (Very Old Sherry) y VORS (Very Old Rare Sherry), con una vejez mínima en madera de 20 y 30 años, ya se trate de fino, oloroso amontillado o palo cortado. "Queremos recuperar esa manera de vivir que requiere mucho tiempo y entendemos que para entender una copa de amontillado de 30 años de forma rápida necesitas dedicarle tiempo y prestarle atención". Los vinos que salen de Bodegas Tradición necesitan de generaciones para hacerse. "Estamos elaborando vinos que serán disfrutados por las siguientes generaciones", explica la presidenta de la bodega satisfecha por dejar un legado que dignifica el vino de Jerez.

Entender los vinos de Jerez lleva su tiempo. Helena Rivero, que había estado al frente en los años 90 de la galería de arte y espacio multidisciplinar Garage Regium en Madrid, llegó a Jerez para encargarse de la colección de su padre y que, en la actualidad, se compone de unos 350 cuadros. "Entre montaje y montaje, empiezas a probar el vino y mi padre me preguntó si alguna vez, además de probarlos, iba a querer comercializarlos", recuerda divertida. En 2006 se inaugura la pinacoteca dentro de los muros de Bodegas Tradición y, poco a poco, Helena comienza a estrechar el contacto con la parte de la elaboración. Finalmente, en 2016, cuando muere su padre, se hace cargo de la gestión de la bodega de manera directa.

Actualmente, Bodegas Tradición conjuga un proyecto cultural único que mezcla la elaboración de vinos de Jerez de la más alta calidad con una colección de pintura española abierta a todo aquel que visite la bodega. Entre cata y cata pueden apreciarse detalles insólitos como la aparición de un vino de Jerez en el cuadro El almuerzo de un joven Diego Velázquez y que se expone en la bodega: "Nos hace especial ilusión pensar que así es", comenta Rivero.

Pero en Bodegas Tradición hay mucho más patrimonio que el que encierran sus botas y el que cuelga de sus paredes. Hay un trabajo en progreso ingente que busca catalogar miles y miles de documentos de incalculable valor documental y patrimonial. Manuel Marín, documentalista y gran conocedor de la realidad jerezana, es el encargado de poner orden en un maremagnum de papeles, entre los que se encuentran hojas de contabilidad, pedidos y cartas que, entre pedido y pedido, aportan auténticas lecciones de historia. "Hay una carta muy curiosa enviada desde Zaragoza en plena ocupación napoleónica, donde, además de pedirse vino, se cuenta de forma detallada a qué hora entran los franceses en la ciudad, cuántos muertos hay... es un documento maravilloso", explica Marín.

Es difícil que los sentidos no queden embriagados cuando uno entra en Bodegas Tradición. Desde el patio emparrado que recibe el visitante hasta la posibilidad de contemplar joyas como un retrato de San Francisco de Asís de El Greco o el boceto de una piara extremeña pintada por Joaquín Sorolla mientras se agita en la copa un oloroso o un amontillado… “El vino te deja la cabeza preparada para disfrutar de los cuadros”, comenta Rivero con una sonrisa. A la hora de elegir su cuadro favorito, afirma que siempre duda entre “los primeros de la colección y los últimos”. Últimamente afirma haberse fijado mucho en “pinturas del siglo XIX como ‘La rendición de Granada’ de Pradilla, pintado en una época difícil para el país y que rememora momentos de la historia en los que España era grande”. También duda respecto a su vino favorito, explicando que cada uno tiene su momento en el día y confiesa su debilidad por el brandy de Jerez, que también se elabora en Bodegas Tradición: “Soy una devota de esta bebida y creo que queda mucho trabajo por hacer con ella”.

Junto al vino de Jerez y el arte español, no se podría trazar un retrato completo de Helena Rivero sin otra actividad ligada también a la tradición familiar: el negocio inmobiliario. “TransForEstate es la empresa en la que ejerzo como administradora desde el año 2016, que son servicios inmobiliarios y de desarrollo de residencias. Mi padre siempre fue un visionario y tenía clarísimo que había muchas posibilidades de las residencias de estudiantes para todo tipo de personas con una mayor movilidad temporal, por situaciones familiares determinadas”, comenta Rivero. “En Andalucía también iniciamos en 2000 un nuevo proyecto para desarrollo de suelos que se llama Integrity Urbana junto a Manolo Domínguez del grupo Belcon”, añade. Con tantos -y tan diferentes proyectos-, ¿hay alguno en el que Helena Rivero se vuelque más o ponga más pasión? “No, me enfrento a las cosas con la misma pasión me dedique a lo que me dedique. Quizás en la bodega es donde me siento más espontánea. Aquí no dejas de aprender algo nuevo cada día y eso te hace perder ese papel de presidente de la bodega. Siempre entro con esa humildad de seguir descubriendo cosas a diario”. Y entre los mejores vinos de Jerez y algunas de las obras maestras de Velázquez o Goya eso no es nada difícil...

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