
Una batalla legal entre los dueños del hotel y los del edificio de viviendas de lujo contiguo (calle Núñez de Balboa,3, Madrid) amenaza el spa y los aparcamientos del Wellington. Este litigio está abierto desde 2016 y de momento la cadena hotelera ha salido vencedora de todos los contenciosos judiciales. Por este motivo, Proyectos e Inversiones Binah -propietario del inmueble que colinda con el Wellington- ya ha puesto el edificio en el mercado, según La Información.
En plena milla de oro de la capital de España se dirime una contienda entre dos segmentos del sector inmobiliario: el hotelero y el residencial de lujo. El hotel Wellington famoso por acoger a grandes figuras del mundo de la tauromaquia lucha por mantener su dos plantas de parking y su spa para sus huéspedes. Un grupo de inversión venezolano es quien amenaza la existencia de estas dos construcciones. Proyectos e inversiones Binah es el propietario del edificio de viviendas de lujo que colinda con la cadena hotelera y el que está teniendo problemas para vender las casas a no disponer de plazas de aparcamiento -ocupadas en su totalidad por el Wellington-.
El grupo encabezado por el venezolano Pedro Julio Maninat adquirió el activo ubicado en el número 3 de la calle Núñez de Balboa en las navidades de 2013. Se trata de un edificio construido en 1940, cinco pisos de altura y 2.000 m2 de superficie construida. La intención del empresario es promover viviendas de lujo en este inmueble, pero es una empresa que se la ha complicado al no poder ofrecer a los compradores una plaza de aparcamiento. En la actualidad, las dos plantas del sótano las ocupan el parking del hotel y la entrada al spa del mismo complejo.
Cabe destacar que el antiguo dueño del edificio ubicado en el número 3 de la calle Núñez de Balboa cedió un espacio del semisótano al hotel para que pudiera llevar a cabo estas dos construcciones. Una circunstancia que quedó reflejada en el contrato de compraventa firmado en 2013.
Hasta ahora la Justicia ha dado la razón al hotel. De hecho, el caso pasó del Juzgado de primera instancia número 74 a la Audiencia Nacional, que dirimió la última vez en 2018. Esta situación ha propiciado que el grupo inversor venezolano se comience a plantear vender el activo. El problema es que la crisis del covid-19 ha paralizado todas las operaciones inmobiliarias y el futuro se plantea incierto para el ladrillo.
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