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Saltan las alarmas en la industria en el automóvil... y pronto podrían hacerlo también en el sector inmobiliario.

Las ventas de coches a particulares acumulan nueve meses consecutivos de descensos, lo que anticipa tiempos turbulentos para la compraventa de casas. Y es que, históricamente, las adquisiciones de viviendas están correlacionadas con la de vehículos. Como aseguran los expertos, la evolución automovilística es un termómetro de la economía de un país, ya que muestra la capacidad de consumo y la confianza de los ciudadanos. Además, suele marcar el paso a la vivienda, como se observa en la evolución de los últimos años.

¿Y en qué punto estamos actualmente? Según ha asegurado el vicepresidente ejecutivo de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), Mario Armero, durante unas jornadas celebradas en Santander, las ventas de vehículos acumulan tres trimestres consecutivos de caídas. Solo entre enero y abril, el descenso interanual se sitúa en el 5,5%, mientras que en el caso de las ventas de coches a particulares alcanza el 11%.

Y lo peor es que las previsiones apuntan a que el conjunto del año acabará en números rojos, con caídas de entre un 2% y un 4%, según los cálculos de Anfac, que insiste en que tiene dudas de que pueda haber crecimiento en las ventas durante 2020. Además, las exportaciones están bajando un 6,1% interanual. “La venta de coches está en recesión y es el único sector que está en negativo de la economía española”, advierte Armero.

Este bajón de la industria viene provocado por varios factores. Por ejemplo, la confusión que existe entre los ciudadanos acerca de qué coche comprar, tras los mensajes que ha mandado el Gobierno sobre el fin del diésel. También están influyendo otros condicionantes externos, como las tensiones comerciales entre EEUU y China o las restricciones a la importación vía aranceles que está planteando la primera economía mundial para reforzar su estrategia proteccionista. De hecho, en Europa también se está viendo afectado el sector, aunque con menos intensidad que en nuestro país.

Coincidencia o consecuencia del bajón de la actividad, lo cierto es que los últimos datos que llegan del mercado de la vivienda han puesto sobre la mesa una clara ralentización. Según el INE, en abril el número de transacciones de viviendas se situó en 41.049, lo que supone una caída interanual del 3,1%, la sexta caída interanual desde lo peor de la crisis en 2014 y el mayor descenso desde hace justo dos años.

Si miramos el acumulado de los primeros cuatro meses del año descubrimos que el total de operaciones (175.038) crece un 2% interanual, gracias al tirón de la obra nueva. Así pues, la venta de casas ha pasado de crecer en términos interanuales a tasas de dos dígitos, a hacerlo a un ritmo mucho más moderado.

Impulso necesario a la automoción

El vicepresidente ejecutivo de Anfac ha querido poner de relieve la importancia del sector de la automoción, resaltando algunos datos del mercado. Por ejemplo, que la facturación anual de la actividad en España ronda los 120.000 millones de euros, lo que supone aproximadamente un 10% del PIB, mientras que en los últimos cinco años ha invertido 12.000 millones de euros y ha creado más de 20.000 puestos de trabajo, recuperando así los niveles de empleo previos a la crisis, a pesar de la llegada de la automatización y robotización de los procesos.

“España es muy importante en el mundo del automóvil. Somos el segundo mayor fabricante de Europa y el octavo-noveno del planeta. Actualmente producimos 42 modelos diferentes, de los que 20 se fabrican exclusivamente en nuestro país. Exportamos a 130 países y el 4% de los coches que se venden en el mundo son ‘made in Spain’, y además somos el sector más importante en términos de balanza comercial positiva (exportamos más de lo que importamos) y tenemos un efecto multiplicador sobre empresas de componentes, de acero y de la industria química”, ha recordado Armero, que ha insistido en que “esta industria es un tesoro y es importante que no nos la carguemos. No nos gusta ser alarmistas, pero vemos el futuro con cierta preocupación. Europa no destaca en sectores como la tecnología, pero sí en la industria del automóvil, en la que somos líderes. Y ese liderazgo está bajo amenaza”.

Según Anfac, su apuesta no está relacionada con que aumente la venta de vehículos por hogar, sino en la necesidad de renovar la flota. Actualmente el parque tiene de media más de 13 años, “y no podemos olvidar que por ejemplo un coche diésel de ahora consume un 80% menos que uno fabricado hace 10 años”. Así, desde la patronal insisten en que la renovación de la flota de coches no solo tiene beneficios para la economía y los ciudadanos, sino también para el medioambiente y la seguridad vial, y piden que se cree una respuesta común a un problema de estas dimensiones.

“En España tenemos 54 planes diferentes de calidad del aire y cinco leyes sobre cambio climático. Y esta no es la mejor solución para tener una acción conjunta en un tema tan importante”, ha recalcado Armero, quien que también ha señalado que el sector vivirá en los próximos 20 años más cambios que en los últimos 100, y que tiene claro que el modelo de negocio del futuro será muy diferente al actual, sobre todo con el impulso de los vehículos eléctricos y de las nuevas fórmulas que han aparecido en el terreno de la movilidad urbana, como el ‘carsharing’ (basado en compartir el coche).

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